Después de tanto tiempo con un llanto sin control,
de esconder mi ojos tras unas gafas oscuras,
de no dormir por pensar en eso que me hacía tanto daño,
de no mostrar una sonrisa verdadera,
de no querer hablar de otra cosa que no fuera él,
¡Por fin!, logre encontrar un pañuelo que me puede secar esas lagrimas, que, aunque a veces sigan saliendo, cada día son menos.
Gracias a todos los que me ayudaron a superarlo, también te agradezco a ti, porque me enseñaste cosas maravillosas de la vida, espero que me podas seguir enseñando...
lunes, 17 de septiembre de 2007
renacer
Publicado por
Juan Mas
a las
22:15
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario